TGC Logistica
Transporte general de cargas

El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible ha recibido propuestas de varias empresas para poner en marcha nuevos servicios de autopista ferroviaria en Valladolid. En concreto, hay interés en prolongar la autopista ferroviaria Valencia – Madrid hasta Valladolid y crear una nueva Valladolid – Madrid con doble destino, Zaragoza por un lado, y Algeciras por el otro, vinculadas al sector del automóvil y de la industria agroalimentaria. Así mismo, otra iniciativa propone que la capital castellana sirva de enlace inicial a conexiones como Cantabria, Asturias o Galicia. En este contexto, Transportes trabaja en la terminal de mercancías de Valladolid, que contará con 230.000 m2 de superficie y siete vías de más de 750 m para recepción y expedición de trenes, una zona de carga-descarga y almacenamiento de contenedores y semirremolques para las autopistas ferroviarias con otras dos vías de 750 metros, aparcamiento y un área de expansión logística. A su vez, la Variante Este, que conectará con el nuevo Complejo Ferroviario vallistoletano, se pondrá en servicio al 100% en 2026, permitiendo sacar los treinta trenes de mercancías que se mueven a diario en la ciudad de Valladolid, lo que reducirá en un 25% el tráfico ferroviario que pasa por el núcleo urbano. En concreto, la Variante se activará en dos fases. Por un lado, en 2025, con la puesta en servicio del tramo entre la conexión con FASA Renault y el enlace norte, todos estos tráficos dejarán de pasar por el centro de la ciudad. Después, en 2026, con la puesta en servicio completa, todas las mercancías ferroviarias dejarán de pasar por el centro. La Variante Este es una línea de 18 km con los que se dará continuidad en vía doble a la línea Madrid-Hendaya, diseñada para 160 km/h y con un presupuesto de 139,8 millones de euros. A su vez, el Complejo Ferroviario de Valladolid permitirá unir todas las actividades logístico – industriales, de mantenimiento de vía y de material rodante en un único complejo, con una inversión a cargo de Adif de 300 millones de euros. El Complejo contará con una base de mantenimiento de Adif, de 2.700 m2 de superficie, con talleres, almacenes y oficinas, así como con el Centro de Tecnología de Vía o el centro de Redalsa.

El Centro Portuario de Empleo de Valencia ha puesto en marcha un procedimiento para optimizar el inicio y finalización de jornada en el puerto, mediante un protocolo de relevos para mejorar la eficiencia de las operaciones portuarias. Este nuevo procedimiento establece protocolos para el inicio y la finalización de las jornadas de trabajo, con la finalidad de aumentar los estándares de competitividad y eficiencia y el consiguiente incremento de la productividad de los equipos de trabajo. El protocolo contempla específicamente el modo en que se debe llevar a cabo la distribución y recogida del personal por parte de las empresas, así como la necesidad de informar de manera eficaz a los capataces con el fin de agilizar los relevos, y mejorar el inicio y la finalización de las operativas. El documento acordado con la parte social figura en el Anexo VII del III Convenio colectivo para la regulación de las relaciones laborales del sector de la estiba del puerto de Valencia en el periodo entre 2024 y 2029, que fue aprobado en junio. Junto a las condiciones establecidas en el convenio, en la última reunión de la Comisión Paritaria del Convenio, en julio, se han acordado las características específicas para cada empresa o actividad, atendiendo a las singularidades de cada terminal o el lugar donde se desarrolla la actividad. El acuerdo suscrito entre la dirección y los representantes sindicales implica también la realización de una campaña informativa que está desarrollándose a través de distintos soportes para la comunicación efectiva de estos cambios al personal estibador.

Cepsa, Iberia, Iberia Express, Vueling y la Asociación Española de Biocircularidad han elaborado un informe con 16 medidas económicas, regulatorias y de colaboración público-privada para impulsar la producción y el consumo de los combustibles sostenibles de aviación SAF. Con esta iniciativa se quiere impulsar esta fuente de energía alternativa que permite reducir el impacto ambiental del sector aéreo mediante la disminución de emisiones de CO2 para posicionar a España a la cabeza europea de esta nueva tecnología y del turismo sostenible. Así pues, las cuatro entidades proponen hacer del desarrollo de SAF un proyecto de país, posicionando a España como un hub europeo y situándolo a su vez a la cabeza del turismo sostenible y la transición energética. El trabajo apunta que la nueva industria para producir este combustible sostenible requerirá una inversión de 22.000 millones de euros para la construcción de instalaciones y la generación de 270.000 puestos de trabajo directos, indirectos e inducidos hasta 2050. Conscecuentemente, el desarrollo de esta industria, por tanto, podría tener un impacto de 13.000 millones de euros en el PIB español únicamente por la construcción de las plantas, a lo que también se sumarían 42.851 millones de euros por su actividad hasta 2050. En esta misma línea, el informe subraya la necesidad de establecer un marco regulatorio que brinde seguridad a los agentes involucrados, permitiéndoles invertir con confianza en esta industria emergente. Por ello, el estudio señala que, aunque la capacidad anunciada de producción de SAF con la tecnología más utilizada en la actualidad, HEFA, podría cubrir las necesidades para 2030, estaría muy lejos de satisfacer la demanda para 2040 y las necesidades de combustibles sintéticos e-SAF, y propone la construcción de tres plantas de biocombustible HEFA, cinco plantas de combustible sintético y, al menos, 24 plantas de biocombustibles SAF AtJ (Alcohol to Jet) y FT (Fischer Tropsch). De igual modo, el informe señala, además, la importancia de localizar las plantas de producción de SAF cerca de las materias primas y estima fundamental establecer un marco jurídico que facilite las inversiones necesarias. España cuenta con las opciones para liderar la producción de SAF, pero otros países como Alemania, el Reino Unido o los Estados Unidos están apostando firmemente por el desarrollo de este nuevo vector energético. De hecho, hasta la fecha, todos ellos han iniciado medidas mediante incentivos económicos y regulatorios y marcado objetivos más ambiciosos de suministro de SAF, superando ampliamente lo estipulado en la regulación europea, por lo que se estima que España puede quedarse atrás en un mercado que será global.